Cuéntame por qué te molestaste con tu mamá esta mañana. Dime
por qué tienes ese lunar de forma extraña en tu boca. Mándame
párrafos sobre la vez que te quedaste a dormir en casa de mi mamá.
Llámame al final de cada noche y cuéntame por qué crees en Dios.
Dime la primera vez que viste a tu papá llorar. Habla por horas
sobre cosas que crees que no son importantes y te prometo que te
escucharé todo y prestaré atención. Dime todo, no quiero una persona
que sólo me pregunte “¿qué haces?”